lunes, 24 de enero de 2011

Primer advertencia


Aún no amanecía, el aprendiz estaba acostado, de pronto como si apareciera de otra dimensión, de la nada un punto negro comenzó a crecer, era una nube gris, muy oscura, se posó encima del aprendiz, como buscando reconocerlo, entonces escuchó una voz que decía: este es, este es tarzo, y enseguida el humo bajó hacia él rápidamente y lo cubrió desde el pecho hasta su espalda, metiéndose dentro de su cuerpo.


El pánico apareció, no podía moverse, trató de pararse, de abrir los ojos, despertar, ni siquiera podía mover un solo dedo, un terror frío que no había conocido jamás, no sabía lo que era eso, pero era demasiado poderoso, sintió su maldad, su odio, su ira, su muerte, el abismo era la única manera de describir esas sensaciones, escalofríos y terror.

Recordó las palabras que musitó un viejo Maestro a su oído antes de abandonar la fortaleza: zaddik, zaddik, zaddik, tú sabrás cuando usarlas, las necesitarás. Al preguntar el significado, le dijo que era el término para referirse al Amado Maestro pero con la terminología militar del Señor de los Ejércitos.

Así instintivamente en ese momento las repitió en su pensamiento: zaddik, zaddik, zaddik

Al instante, abrió los ojos, no movió un músculo más, con las pupilas vió alrededor, su corazón palpitaba, estaba bañado de sudor, poco a poco se comenzó a mover, tomó su espada que tenía al lado y comenzó a incorporarse poco a poco, mirando alrededor, solo oscuridad y silencio, un profundo silencio, ni rastro de nada, solo permanecía el miedo en su interior.

¿Había sido un sueño? La situación si acaso había durado unos cuantos segundos, pero parecía una eternidad, si debió ser solo un sueño, porque él pudo ver todo pese a tener los ojos cerrados, debió soñarlo nada más.

Pero había sido tan real, sobre todo, porque cuando el humo gris bajó y entró en su cuerpo sintió tal pánico que no se puede permanecer dormido en esa situación, además en la fortaleza había aprendido a diferenciar la realidad de sus pensamientos y de los deseos.

Se dio cuenta entonces que había cosas que escapaban a su comprensión y que muchas de ellas eran mucho más fuertes que él. ¿Que era esto, magia, hechicería? Algún poder espiritual sobrehumano, tal vez. Así que el Invizible no era el único que tenía esta clase de magia.

Tal vez este camino no era para él, era peligroso, había aprendido a manejar la espada, pero esta clase de cosas al parecer no se podían derrotar con la espada, ¿entonces con qué? ¿Con frases, con ritos? El aprendiz no creía en estas cosas, solo creía en el poder de la fuerza, de lo que se ve y de lo que se puede demostrar, pero al final de cuentas funcionó lo que dijo.

Su instinto de supervivencia le decía que era mejor abandonar ahora, si en el comienzo le pasaba esto, ¿qué haría cuando se metiera más en este camino? Además esta no era su guerra, él no la había comenzado, y ¿qué podía hacer él? Tan solo era un muchacho soñando a ser guerrero.

No, debía seguir, no debía dejarse contaminar por estos pensamientos que lo único que hacían era debilitar su confianza en sí mismo y su dignidad. El que lo había llamado debía protegerle.

Comenzaba a amanecer. Los primeros rayos de sol se alcanzaban a ver. Al menos el miedo se empezaba a ir conforme amanecía, debía moverse de este lugar, no parecía muy seguro después de lo que había pasado.

Caminó durante horas, sin detenerse a comer, sea lo que sea podía regresar, necesitaba otro sitio, tal vez algún lugar sagrado, o conseguir algún objeto de protección o que mejor que conseguir la compañía de algún Guerrero o Maestro del Invizible.

Pasaron semanas, y al anochecer todos los días la inquietud y el miedo invadían al joven aprendiz, se aferró de la comunicación con la Ruhá como protección diariamente. No sabía que había pasado, pero la experiencia no volvió a repetirse más.

Un día en una comunidad vio un rostro conocido, era una tía lejana, se acercó a saludarla, tanto tiempo sin ver una cara conocida, ella lo invitó a su casa, al entrar en su hogar, vio algo que llamó su atención en el dintel de su casa estaba pegado un signo que èl mismo portaba y que se encontraba en las entradas de la Fortaleza, era una especie de tres líneas curvas que se unìan cruzándose entre ellas con un circulo en medio, que significaban la igualdad, la eternidad e indivisibilidad y plasma la filosofía del Reino según la cual el Todo tiene tres niveles: físico, mental y espiritual. Y era llevado como un sìgno de protección e identificación por los aprendices del Reino desde las primeras persecuciones.

¿Qué significa este símbolo? Preguntó.

No es nada, es una baratija que me gustó.

¿Así? Entonces te la compro, pues me gustó.

Pero no está en venta.

Te puedo pagar muy bien tía, me gustó la figura.

¿Porqué tanto interés en una baratija como esa? Ni siquiera es de plata u oro.

Simplemente me gustó me trae buenos recuerdos.

¿Así, recuerdos de qué?

Simplemente recuerdos, el aprendiz se acercó al símbolo, ¿puedo tocarlo?

Pero ella se interpuso en su camino rápidamente. No, no puedes.

¿Entonces no es una baratija, verdad?

Es una herencia familiar.

Tía no tienes que ocultarme nada, yo sé lo que significa y obviamente tu también, y sacó un dije que pendía de su cuello, vez es la misma figura.

Ella se quedó callada, como meditando las palabras adecuadas, pasa siéntate, parece que necesitamos platicar más de lo que imaginaba. Pero antes, necesito asegurarme, al tiempo que tomaba una hoja y tinta, pudiste encontrar ese dije. Entonces dibujó una figura: una C y le dijo el número es: 70.

El sonrió, escribió entonces encima de la C una R y le dijo en voz alta: el número es: 7.

Se abalanzó sobre él con una mirada centellante, hijo no sabía que estabas en el Camino, abrásame, los dos se abrasaron, y el aprendiz lloró después de mucho tiempo, necesitaba sentir el abraso de alguien de la familia más que estuviera en el llamado. O como le dijo su tía El Camino era la primera vez que escuchaba este término.

Pero dime, cuéntame.

No tía tu primero.

Esta bien, déjame adivinar, por la forma de tu dije, este acabado sé de donde es. Fortaleza de Drugwestond.

Es correcto.

Mi formación fue en la Fortaleza de Brigntz

No sabía que existieran más.

Hay muchas más, hay muchas cosas que no sabes. Y por lo que me doy cuenta. Fuiste enviado conmigo, pues en El Camino no existen las coincidencias, eso es seguro. No te podía hablar francamente del signo, porque ahora tenemos problemas, sabes, hay muchas personas que han desaparecido últimamente. Creemos que se ha iniciado una nueva persecución.

¿Creemos?

Si, creemos. Aunque a veces no lo parezca, somos muchos. El Camino de Fe no se recorre solo. Hasta ahora lo has hecho así, pero te darás cuenta de que no es así. Pero comencemos por el principio. Te platicaré de mi llamado.

Así por horas platicaron hasta llegar al sueño que había tenido el aprendiz.

Así que te preguntas si fue un sueño. Pues disculpa la franqueza y se que desearías que fuera un sueño solamente, pero no lo fue. No todos hemos tenido la experiencia, no se sabe porque algunos no la tienen, si se debe a su fortaleza o su debilidad, pero no todos pasan esto, y algunos como yo la recibimos varias veces.

Así como me la cuentas, te hicieron una visita de cortesía, una advertencia, porque aún estás a tiempo de retirarte, muchos se retiran con esta visita, abandonan enseguida, otros más se cambian de bando, no soportan el miedo infringido, y piensan que el enemigo es más poderoso, como El Invizible no les hace sentir el miedo, creen que es superior al perfecto AGAPE. Que poco sabe de ello.

Y dime ¿qué vas a hacer?

Seguiré tía, seguiré, Él me rescató y no abandonaré este Camino, ¿a dónde más podría ir?

Pues entonces, te pondré en contacto con algunos Maestros, existen lugares de formación cerca de aquí, pero hay algo que debes saber antes. Este ejército se divide en facciones, hay algunos que sirven recibiendo órdenes directas de la sucesión. Algunos tuvimos nuestras diferencias, y no peleamos desde ahí, de hecho no se me permite regresar a la Fortaleza donde fui formada. A mí me gustaría que sirvieras con nosotros, seguramente por eso fuiste enviado aquí. Las cosas están mal y ellos no se adaptan a las circunstancias de la guerra, cada vez está peor, hemos abierto nuestras propias Fortalezas en los desiertos, la principal es Qumraní, estamos creciendo mucho más que en el Ejército regular.

Si algo escuché de las secciones, no lo creo, ellos me formaron y me hicieron el llamado, y sé lo que dices, entiendo que se han estancado en algunas cosas, hubo cosas que no me parecieron en la Fortaleza pero debo servir desde ahí, y si estás de acuerdo me gustaría aprender de ustedes en Qumraní, creo que la formación debe ser la de un Jasid (hacedor de milagros), un Profeta (leer los signos de los tiempos) y un Meshiáj un Guerrero.

Es tu decisión solo recuerda no apartarte Del Camino.

En la oscuridad de su habitación, aún tenía cierto temor pero el miedo se había ido. Así que una visita de cortesía.

Entonces tomó la decisión que lo marcaría de por vida:

Sé que algunos por miedo se retiraron, e incluso decidieron servirte a ti, pero mientras más me persigas y me enfrentes, yo más me acercaré Al Camino. .NEMA



El que escribe esto da fidelidad de lo sucedido.







3 comentarios:

  1. Senti un llamado pero apesar de que lo senti sensillo no me deja en paz me hace pensar todo el tiempo y tube algo como la visita de cortecia que dices
    dime que nada mas es un cuento por favor mi vida cambio me siento solo por que siento que no puedo hablar de eso.

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  2. Saludos.
    Es un cuento si lo quieres ver así. Es tu elección.
    Paz.

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